Cómo se hace

El proceso de elaboración de un colgante de caballo de cerámica de gres artesanal comienza con la selección de arcilla de alta calidad, crucial para lograr la durabilidad y el atractivo estético deseados. El artista primero amasa la arcilla para asegurar que esté suave y libre de burbujas de aire, las cuales pueden causar imperfecciones o roturas durante la cocción. Mediante una combinación de técnicas de construcción manual, como la construcción en losa o el pellizco, el artista moldea meticulosamente la arcilla hasta formar la silueta de un caballo, prestando especial atención a los detalles que definirán el carácter del colgante, como la crin, la cola y los rasgos faciales. Una vez moldeada la forma básica, se deja secar hasta alcanzar una consistencia similar a la del cuero, lo que permite realizar detalles más finos y añadir texturas o elementos decorativos.

Tras el modelado y los detalles iniciales, el colgante de caballo se somete a una cocción de bizcocho en un horno, que endurece la arcilla y la prepara para el esmaltado. Esta primera cocción se realiza a una temperatura más baja para garantizar la integridad estructural del colgante. Tras la cocción de bizcocho, el artista aplica los esmaltes a mano, eligiendo colores y texturas que realzan las características del colgante y le aportan profundidad visual. El esmaltado no solo contribuye a la calidad estética de la pieza, sino que también sella la arcilla, aumentando su durabilidad. El colgante esmaltado se cuece a una temperatura más alta, lo que vitrifica la arcilla de gres y el esmaltado, creando un acabado brillante y resistente. El resultado es un colgante de caballo de cerámica de gres único, hecho a mano, con gran detalle y artesanía, listo para lucir o regalar como una pieza de arte única.